Marina

Marina
Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

domingo, 10 de marzo de 2024

Trascencencia


Ella no sabía por qué la habían encerrado, solo recuerda que un día escucho hablar de demencia y la cambiaron de habitación.

Llevaba meses encerrada en el cuartucho de la planta alta, sin recibir más visita que la de su hija que, dos veces al día, le dejaba la comida sobre la mesa, y desaparecía con un lacónico, cómetelo todo.

Gritaba, amenazaba, golpeaba la puerta e incluso se lesionaba. «Está loca, es muy agresiva, la demencia la ha trastornado» —decían al otro lado de la puerta sin esperar respuesta.

Un día, una ráfaga de aire abrió la ventana y un rato mortecino de sol le mostró la salida. Fue entonces cuando se dio cuenta que podía volar. Ahora pasea cada noche por la casa, y las antiguas fotos guardadas en los cajones vuelven a aparecer en su sitio.

sábado, 2 de marzo de 2024

Reality Show


A seguir viendo la tele durante toda la eternidad fue la pena que me impusieron por las múltiples faltas que había cometido. Bien es verdad que la mayoría de ellas fueron pecados veniales, que se expiaban viendo películas de sobremesa; pero hubo dos graves, un adulterio y una estafa, que requerían para su perdón la visualización de noticieros; y uno especialmente punible, un asesinato, por el que me castigaron a ver programas de telerrealidad durante dieciséis horas al día hasta el fin de los tiempos. Fue duro, pero todo tiene su contrapartida, me han contratado para un nuevo programa: Mi vida en el infierno.

sábado, 24 de febrero de 2024

Ayer


La luz del atardecer de otoño iluminaba el viejo paraguas de madera, reclamo de la antigua sombrerería que ocupaba un local de la calle más comercial de la gran ciudad.

En la fachada, aparte de la imagen publicitaria, un reloj señalaba las horas con algunas notas de piano de Chopin, y un gran escaparate mostraba toda su artesanal oferta. En su interior, estanterías cargadas de sombreros, gorras, boinas y monteras, algún tocado de mujer, y un par de solideos y birretes; dos paragüeros en una esquina y una percha con cinturones de cuero en la otra; todo ello cubierto por una fina capa de polvo. En el centro, la mesa con la escribanía y cientos de papeles en un perfecto desorden y, sentado tras ella, el dueño del establecimiento tomando notas en su libro de cuentas bajo la luz mortecina de la lámpara con tres de las seis bombillas encendidas. 

Me gustaba pararme y escuchar como el reloj desgranaba el ocaso en forma de Nocturno, hasta que un día, una tormenta descargó su furia en la ciudad y arrastró el paraguas. El reloj de cuco entonces se paró y el polvo se enseñoreó para siempre del pasado.

sábado, 17 de febrero de 2024

Génesis


La deconstrucción me resultaba excitante. Aserré la rama en que estaba sentado y, al escuchar el crujido de la madera, vi pude ver al árbol caer y desaparecer bajo mis pies entre sus raíces. Miré absorto como arrastraba tras de sí a hombres y  animales de tierra, aíre y mar, y como las nubes ocultaban a la luna, al sol y a las estrellas, y la vegetación moría bajo el influjo de la oscuridad. Sentado en aquella rama etérea ya no era capaz de distinguir el cielo del mar, ni la noche del día, y allí respiraba la total ausencia, el triunfo de la nada, cuando a lo lejos oí una voz grave que decía: «Empecemos otra vez».

sábado, 10 de febrero de 2024

El profeta


Aquel libro recogía algo más que una historia. Trataba de forma minuciosa de revoluciones, hambrunas, sequías, epidemias, terremotos y otras catástrofes naturales que culminaron con le segunda guerra mundial llevaron al planeta a una situación dramática.

Estaba satisfecho, el texto había quedado inmaculado, dibujos de gran calidad ilustraban cada uno de los acontecimientos, los editores se pelearon por publicarlo, y se vendieron millones de ejemplares en todos los idiomas.

Le propusieron escribir de nuevo y aceptó. Revoluciones, hambrunas, sequías, epidemias, terremotos y otras catástrofes naturales asolaron la Tierra y la condujeron a la tercera guerra mundial. Nunca volvió a escribir.

sábado, 3 de febrero de 2024

Carrera electoral


Mariano miraba al suelo sin atreverse a levantar la cabeza. «Pastora —le decía mientras caminaba—, esto tenemos que arreglarlo, con el millón de euros que me ha tocado en la lotería, vamos a conseguirlo» 

La Pastora rebuznó, movió el rabo para espantarse las moscas, y se quedó parada con la mirada fija en Mariano.

—¡Venga ya, Pastora, vamos a seguir!, que como yo no sé de letras ni de números y tengo poco entendimiento, no me van a admitir en ningún sitio, pero con este boleto voy a presentarme al señor secretario, le voy a ofrecer un buen pellizco y verás cómo me aúpa. Con el resto, ya veremos, pero, vuelvo a decirte, esto hay que arreglarlo, y con dinero todo es más fácil. Me cambio de ropa, me pongo una corbata, me peino, me planto una sonrisa y, con mi porte,  mis cuartos y una buena campaña, seguro que llego a alcalde.  ¡Qué sí, Pastora! Tú tampoco tienes entendederas, ni sabes escribir y solo rebuznas, pero tienes el establo muy bien apañao.

domingo, 28 de enero de 2024

In fraganti


Se levantó temprano y se preparó un café, dejó que se enfriara porque a la taza le molestaba que estuviera demasiado caliente. En el salón, al sentarse, la butaca protestó: «Ten cuidado, me has hecho daño». Se disculpó y fue a ducharse, no sin prometerle a la bañera que la próxima vez le tocaría a ella. Ya vestido buscó las llaves, que jugueteaban al esconder en la cómoda en espera de las cosquillas de cada mañana. En el portal vio que llovía y la puerta le aconsejó que volviera a casa a por la gabardina. Así lo hizo y, nada más entrar, oyó unos murmullos y unos suaves gemidos. Se acercó al salón a ver le que le pasaba a su mujer, que lo miró sorprendida, sin poder explicarle lo que estaba haciendo, mientras el sofá repetía: «No es lo que parece».

sábado, 20 de enero de 2024

No te fíes (fábula del cuervo y la cucaracha)


En un secarral se encontró un cuervo a una cucaracha:

—¡Te estoy viendo! —dijo el insecto.

—No te asustes —contestó pájaro hambriento.

—Sé tus intenciones, pero no me puedes comer.

—¡Claro que puedo! No podrás huir.

—Dicen que soy el animal más asqueroso de la naturaleza, hasta los hombres me huyen.

—Puede que tengas razón, no eres apetecible.

—Y también comentan que puedo propagar enfermedades.

—También lo he oído decir.

—Todos saben que sobrevivo en las situaciones más difíciles. Creo que hasta en el vientre de un animal.

—No digas eso, es asqueroso.

—Además, no tengo apenas proteínas y nada de vitaminas. No te aportaría nada.


Y así siguieron hasta que el cuervo  se quedó parado mirando al horizonte, moviendo las alas como si fuera a alzar el vuelo. La cucaracha se dio la vuelta,  comenzó a alejarse satisfecha de su ingenio… y el cuervo se la comió.

viernes, 19 de enero de 2024

Palabras mágicas


Se me acumulan los garbanzos desde una tarde en que me encontré uno en el suelo y, de broma, le grité señalando al cubo de basura «abracadabra, vuela», y en vez de volatilizarse se convirtió en una pepita de oro. Algo debí pronunciar mal. Cuando lo conté me dijeron que estaba loco, pero al ver que mi familia y todos mis amigos enriquecían, dudaron, quisieron probar y empezaron a traerme tantos que ya no caben en mi casa. Todo fue bien y yo fui feliz, hasta que alguien trajo un garbanzo negro. Ahora vendo legumbres a buen precio.

martes, 9 de enero de 2024

Solo una


Cuando su mujer y sus hijos lo dejaron solo y le dieron la espalda, se levantó decidido a cambiar, a olvidar el alcohol, pero al celebrar un año de abstinencia, convencido de que ya había superado su adicción, decidió tomar una copa, solo una. Hoy no se encuentra solo, pequeñas lagartijas, arañas, fichas de ajedrez y alguna que otra serpiente, lo acompañan.

viernes, 5 de enero de 2024

Buena vecindad


Empezó a llorar al verla consumirse a fuego lento. 

Cuando se enteró de que los vapores de la cocción de un vecino molesto eran buenos para el cutis invitó a cenar a María, la dueña del piso de arriba y de esos tacones infernales que la martirizaban. Le pidió que entrara en la marmita, y ella aceptó sin dudarlo, era la norma y así debía ser. 

Le conmovió que solo un leve quejido al llegar al punto de cocción alterara su rictus bondadoso. Entonces ya no pudo evitar las lágrimas y tuvo que retirar la cebolla. 

viernes, 29 de diciembre de 2023

El vuelo de la gaviota

Te pedí que volvieras allí conmigo con el cierzo, pero el temporal hizo que tuviera que resguardarme entre las rocas de  una playa de la cercana Costa Brava y, cuando amainó el viento y pude emprender el camino llegué tarde. Al llegar pude verte,, remontabas el levante cálido y húmedo de la Costa de la Luz y vi como desaparecías siguiendo la dirección del viento. No conseguí alcanzarte para darte alguna explicación. 

La calma era absoluta y me derrumbé en la orilla sin despojarme del frío. Pronto llegaría el invierno.

jueves, 21 de diciembre de 2023

Confinamiento


La declaración del estado de alarma me dio mucha paz. Sin coches, niños ni pandillas, la tranquilidad estaba asegurada. Solo el teléfono, la vibración del correo, los avisos de facebook, y el Menuet, el Classic Bell y el Sex de mis grupos de whatsapp,  me impidieron descansar. Era más fácil callar a la ciudad.

viernes, 15 de diciembre de 2023

Miedo


Llamó una y otra vez. No esperaba a nadie pero, como era habitual, día tras día, ahí estaba, tocando el timbre con una insistencia insultante. Hacía años ya que me había encerrado en mi casa en un deseo patológico de soledad. Volví a oír la llamada. No respondí ni pregunté, me quedé sentado en el sillón esperando que se fuera, pero ahí sigue. No estoy dispuesto a responder, al fin y al cabo, solo es mi yo quien me requiere.

sábado, 2 de diciembre de 2023

Resentimiento


Hacia más de treinta años de la discusión que hizo que mi hija abandonara la casa. Desde entonces, cada día, le preparaba el desayuno junto al mío, pero siempre terminaba en la basura.
    Una mañana, sin esperarlo, volvió, pero no quería desayunar. Solo me pidió un beso que yo, orgulloso, le negué.
    Desde entonces, cada día, le preparo el desayuno junto al mío, pero siempre termina en la basura.

viernes, 1 de diciembre de 2023

sábado, 18 de noviembre de 2023

Por primera vez


Quise participar en un concurso por primera vez. Las bases decían que el texto tenía que terminar con la frase «por primera vez». Pensé contar mi primera vez, pero todavía no había vivido esa primera vez, así que, con quince años, salí para vivir contigo mi primera vez… por primera vez.  

viernes, 17 de noviembre de 2023

Sobremesa


En aquel lugar donde habitaban sus recuerdos abrió un desagüe para que el fluir del día se llevara los malos momentos, los miedos y los fracasos, para poder abrirles a sus nietos la ventana de las batallitas, con la peonza, las canicas, las carreras en bicicleta, su pandilla y los primeros devaneos con la abuela.

Hoy, esa ventana es la que da más luz y permite que el desagüe poco a poco se vaya secando.

domingo, 5 de noviembre de 2023

Coherencia


Hay frases que jamás deben ser pronunciadas, como soy un mierda, pensaba luchando por mantenerse adherido a la nívea, brillante y resbaladiza pendiente, sobre la cual resbalaba lenta e inexorablemente; hasta que el trueno y el subsiguiente aguacero de dos litros por minuto, desencadenado por la amenazante cisterna, lo arrastraron al fondo de la profunda sima. 

jueves, 2 de noviembre de 2023

Visión de futuro


Don Nicomedes Ortiz Lasarte —Nico—, era el alcalde, cronista, boticario, tendero, camarero, cura y padre o tío de su hijo o sobrino, Nicanor —Nica—, en un pequeño pueblo aragonés. No había más habitantes, pero el trío, porque en realidad eran tres, se entendía muy bien. El tercero en discordia era Nicolás —Colás—, el fiel gato, encargado de la limpieza y depuración de ratones y cucarachas. Nico mandaba, Nica obedecía y Colás correteaba insectos y roedores, y así eran felices. Un día Colás desapareció, Nica se fue en busca de nuevos horizontes, y el alcalde, cronista, boticario, tendero, cura y padre o tío perdió a sus ciudadanos, lectores, pacientes, clientes, comensales, fieles e hijo o sobrino. La desolación fue tremenda y don Nicomedes redactó, con la clara intención de conseguir la pervivencia del pueblo, su última orden: «Con fecha de hoy, yo, Nicomedes Ortiz Lasarte, dimito de todos mis cargos, y cedo la totalidad de los terrenos urbanizables de la localidad a la Constructora Nica Nueva Vida, propiedad de don Nicanor Ortiz».