Marina

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Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

viernes, 5 de enero de 2024

Buena vecindad


Empezó a llorar al verla consumirse a fuego lento. 

Cuando se enteró de que los vapores de la cocción de un vecino molesto eran buenos para el cutis invitó a cenar a María, la dueña del piso de arriba y de esos tacones infernales que la martirizaban. Le pidió que entrara en la marmita, y ella aceptó sin dudarlo, era la norma y así debía ser. 

Le conmovió que solo un leve quejido al llegar al punto de cocción alterara su rictus bondadoso. Entonces ya no pudo evitar las lágrimas y tuvo que retirar la cebolla. 

3 comentarios:

  1. Verás.
    Una forma de evitar problemas con los vecinos es, indudablemente, pero, quizá algo violenta y expeditiva.
    ¿No hubiera sido mejor una reunión de comunidad, aunque a ella se pudiera acudir con pistolas, hachas, pistolas, bombas, lanzas, etc...? Para que se hiciera todo más civilizado.

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    1. En realidad, salvo la pequeña molestia de los tacones, no estaban enfrentados. Es que, a veces, la solución a los problemas y las reglas de convivencia son muy extrañas.

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    2. Las pistolas y cuchillos contra copas y pitillos no tienen nada que hacer (Miguel Ríos)

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