Marina

Marina
Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

viernes, 28 de febrero de 2020

Rastro

Bazar, de Miguel Topete

Compramos y vendemos toda clase de productos, vendemos lo que necesita, compramos lo que le sobra.

Compramos y vendemos peluches, bastones, caballitos de madera, libros de aventuras, cuentos y tratados de economía; maletines, coches de gran cilindrada y pequeños utilitarios de segunda mano; patines, patinetes, cámaras de fotos, ordenadores, gabanes y cochecitos de niños.

Tenemos productos para todas las edades:

        Peluches para celebrar su septuagésimo aniversario.
        Bastones para ayudarle en sus primeros pasos.
        Caballitos de madera para ejecutivos de alto nivel.
        Maletines para boy scouts.
        Coches de gran cilindrada para quinceañeros y utilitarios de segunda mano para directores de banco.
        Patines y patinetes para la tercera edad.
        Cámaras analógicas para escolares.
        Ordenadores de última generación para ancianos enganchados a sus recuerdos.
        Gabanes para jóvenes galanes.
        Cochecitos de niño para abuelos solitarios.

Intercambiamos nuestros productos por años vividos o por vivir. Por cada década canjeada, regalamos aquello que siempre deseó en silencio.

viernes, 21 de febrero de 2020

Fábulas de este mundo - y IV: Fábula de Pezpajomamifombrjer

Arpía. Grabado anónimo.

El mundo primitivo estaba dividido en seis continentes habitados tres de ellos respectivamente por pezombres, pajombres, mamifombres, y los otros tres por nuevas generaciones de pezjaros, pajferos y mamifezes. Islas aledañas fueron recogiendo nuevos habitantes de las razas pezjarombre, pajmamifombres mamifpezombres, que con el tiempo se fueron uniendo hasta llegar a nacer los pezpajmamifos. El más destacado de ellos casó con la más dotada pezpajmamifjer, fruto de cuyo amor nació Pezpajomamifombrjer, al que algunos llamaron Dios.
Desde los confines del universo, el  Pezpajomamifombrjer, rodeado de su corte celestial de peces, pájaros mamíferos y hombres, en los días quinto, sexto y séptimo de la creación, imaginó un mundo nuevo al que llamaría Globo, en el que todos los seres vivos serían felices e iguales ante la ley.

viernes, 14 de febrero de 2020

Fábulas de este mundo - III: Fábula de la pezjer del palafito

Sirenas músicas. Miniatura inglesa

Ariel era una joven y apuesta sardijer hija de un marino que naufragó en altamar y se casó con una sardina. Su única afición era el mundo viajar, investigar el mundo marino y hacer amigos. Hasta tal punto era así, que pasaba la mayor parte del día buceando y buscando nuevos horizontes en mares y océanos. En uno de sus viajes conoció a Blanquito, un hermoso arenque del que se enamoró y al que conquistó con su gracia, su belleza y los sones de su mágica música. Con ayuda de sirenas y tritones construyó un palafito junto a una isla, en el que unieron sus vidas para siempre. Fruto de su amor, nacieron cuatro preciosas areniñas, que pronto de convertirían en hermosas arenjeres, inteligentes y atractivas, con un torso grácil de pequeños senos, y unas caderas suaves terminadas en una plateada cola con aletas que se movían con tal elegancia que parecían bailar al son de sus melodías. Brazos y aletas las hacían invencibles en la carrera y sus cerebros le permitían una posición envidiable entre los demás habitantes del mar.
Años después Ariel se quedó embarazada de nuevo. Blanquito recibió la noticia con alegría, siempre había sido un buen padre y deseaba aumentar su prole, para la que auguraba un futuro brillante. Pero algo iba mal, el embarazo duraba mucho más de lo estipulado y el abdomen Ariel creció y creció hasta parecer que iba a estallar. Fue entonces parió el esperado retoño, una pezjer, que por el aspecto y el tamaño parecía cachajer, con un torso grácil de pequeños senos, y unas caderas suaves terminadas en una negruzca cola y unas aletas que se movían con torpeza y brusquedad arrastrando todo lo que estaba a su alrededor.
Días después, un hermoso cachalote que rondaba con frecuencia alrededor de la isla apareció muerto, y todos en el mar miraron suspicaces a Blanquito, que había conseguido reunir el mayor banco de sardinas de toda la historia. Mientras Ariel permanecía recluida en su palafito.

viernes, 7 de febrero de 2020

Fábulas de este mundo - II: Fábula del pezombre del mar

Monstruos marinos. Grabado medieval

Un pezombre, habitante de las profundidades del mediterráneo, se encontró con un cocodrombre. Ambos habían intentado llegar a la tierra prometida, uno nadando, otro reptando, pero ante la imposibilidad de alcanzar su objetivo, habían ido perdiendo sus atributos.
—Yo iba agarrado a una lancha —dijo el pezombre.
—Yo escondido en los bajos de un carromato —contestó el cocodrombre.
—No me dejaron llegar a la playa.
—Me dejaron tirado en un río.
—A mí me pescaron y desde entonces estoy en este circo.
—A mí me cazaron y desde entones sigo aquí también. Ya te había visto antes.
En la carpa del circo hombres, mujeres y niños disfrutaron de las habilidades de esta nueva generación de variombres, y en las playas y en los ríos, habían dejado ya de perseguirlos para expulsarlos. Ahora los buscaba para capturarlos, junto a los elefaombres, ratombres, monombres y otras muchas especies nuevas.
—Me han dicho que son millones los pezombres que están cruzando.
—Y cocombres también.
—A algunos niños les están saliendo alas ¿Los ves?
—Sí, pero no saben usarlas.
—Ya aprenderán.
Así fue como a la raza de los variombres se sumaron los pajombres, que poco a poco también terminaron en jaulas en circos, aunque muchos de ellos morían cada día en cotos de caza distribuidos por todo el mundo, a perdigonazos en las terrazas de casas de campo o enganchados en los cables de la luz.
Fue en una de esas fincas en la que un pajombre se escapó tras ver la película Los Pájaros. Ese fue el principio del fin de la humanidad.