Marina

Marina
Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

sábado, 25 de septiembre de 2021

Bruno, Bosco, Buda, Brita y Beth

Perros de traílla, de Francisco de Goya

Bruno tenía cuatro perros: Bosco, Buda, Brita y Beth.

Para su can más amado, Bosco, un gran bóxer, era muy especial Buda, un beagle juguetón, que siempre procuraba acercarse a Brita, un pequeño bulldog, que solo quería que el travieso Beth, un bichón frisé, lo dejara tranquilo.

Una noche Beth descubrió Bruno no despertaba por mucho que lo zarandeara y le ladrara.

Pasaron días y llegó el hambre, Bosco le dio un tímido bocado al lomo de Bruno. Los demás, lo imitaron y en pocos minutos se estaban dando un festín.

Semanas más tarde, terminadas las provisiones, Bosco atacó a Beth ante las protestas de Buda y Brita que, no obstante, también disfrutaron del ágape, y más terde convenció a Buda de que, sin el pequeño bichón, solo les quedaba Brita, que no pudo defenderse. 

Sin Bruno, y muertos Beth y Brita, Buda vigilaba constantemente a Bosco, pero éste, aprovechando un descuido, acabó con él para su avituallamiento.

Con la tranquilidad de que nadie lo amenazaba, Bosco murió de soledad entre los huesos de sus amigos.

sábado, 18 de septiembre de 2021

Cine de verano IV: Exigencias del guion

Psicosis, Fotograma

El casting para Psicosis resultó especialmente difícil por las exigencias de Hitchcock de alcanzar el máximo realismo. Tras probar con las mejores aspirantes y más de setenta apuñalamientos, Janet Leigh sobrevivió.

domingo, 12 de septiembre de 2021

Cine de verano III: El francotirador

Shooter. El tirador. Fotograma

Desde su atalaya vio dividirse a las naciones en parcelas de odio, como las ciudades de cuarteaban en minúsculos barrios, cada uno de ellos en bloques formados por pequeños apartamentos, y cada fachada en cientos de ventanas, todas iguales, vacías. Tabicó su casa, cerró habitaciones, transformó sus ojos en una lente, su mirada en un caleidoscopio, y su mano en cinco martillos. Se encendió entonces una luz, respiró, parceló su cordura en ilusorias justificaciones, levantó un muro entre el corazón y sus manos, entre la razón y su decisión, acechó a su presa y disparó.

             Un rictus de dolor y, quizás, arrepentimiento en su rostro exánime fue el postrero mensaje que dejó el último superviviente que se conoce de la cruel guerra fraticida.


sábado, 4 de septiembre de 2021

Cine de verano II: Quema de libros

El nombre de la rosa. Fotograma

Ninguno de nosotros dudaba de la sabiduría del abad, que se obcecaba en enseñarnos la verdad escondida en el misterio de la palabra escrita. Nos habló de la providencia, de nuestros ancestros, del cielo y del infierno, pero nunca nos dijo nada del motivo de su presencia. Solo nos pedía que le prestáramos atención y que recordáramos cada frase, porque, decía, nunca podrá olvidar la escena dantesca del fuego adueñándose de las palabras para borrar el pasado y así dominar el futuro.

            Todos lo escuchamos atención mientras, al fondo, alguien buscaba agazapado un resquicio para quemar el presente.