Marina

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Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

sábado, 2 de marzo de 2024

Reality Show


A seguir viendo la tele durante toda la eternidad fue la pena que me impusieron por las múltiples faltas que había cometido. Bien es verdad que la mayoría de ellas fueron pecados veniales, que se expiaban viendo películas de sobremesa; pero hubo dos graves, un adulterio y una estafa, que requerían para su perdón la visualización de noticieros; y uno especialmente punible, un asesinato, por el que me castigaron a ver programas de telerrealidad durante dieciséis horas al día hasta el fin de los tiempos. Fue duro, pero todo tiene su contrapartida, me han contratado para un nuevo programa: Mi vida en el infierno.

2 comentarios:

  1. ¡Terribles castigos!
    Sin duda justos.
    La mayoría de los mortales ya sufrimos frecuentemente el segundo de ellos, los telediarios; pero, los autores de los hechos terribles que nos condenan a visualizar (políticos, presidentes, terroristas, dictadores, golpistas, tiranos, sátrapas y otras faunas similares) tiene más que merecido el tercero y más terrible castigo con el fin de que sea grabado y reproducido para ser visto en los telediarios y así cerrar el ciclo.

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    1. Así es. Cada cual asumirá las consecuencias de sus actos, pero sin olvidar la que la justicia siempre debe evaluar también el resultado de sus decisiones.

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