Marina

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Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

viernes, 22 de marzo de 2024

Dedicación (empoderamiento)


El paso del tiempo no había hecho mella en la vista ni en el tacto de la costurera cuando se decidió a hacer su gran obra maestra. Sumida en su soledad comenzó a bordar con seda de tela de araña una manta que, por su calidad, belleza y originalidad, le daría fama toda la vida.

A pesar de haber convertido su casa en un gran criadero de arañas, a las que tenía bien alimentadas y a una temperatura constante y adecuada para sacarle el máximo partido, tardó años en terminar su delicada labor para la cama de matrimonio.

El resultado fue espectacular, el cobertor abrigaba tanto como una gruesa manta de lana, pero era tan liviano que parecía que solo el aire cubría a quien se cobijaba en él, si no fuera por los coquetos adornos de seda multicolor que lo ribeteaban y adornaban su centro.  Fue entonces cuando quiso sorprender a su marido, que como cada noche se fue al dormitorio disimulando su vulgar ebriedad, lo desnudó lentamente, lo acostó, lo beso y acarició con dulces susurros, lo cubrió y se quedó mirando cómo se cobijaba al calor de tan sutil tejido, del que ya nunca pudo liberarse.

4 comentarios:

  1. Otra viuda negra. No se puede confiar en algunas mujeres.

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    1. Bueno, ser viuda negra (o viudo negro) no tiene que ser siempre malo.

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  2. Un amor difícil de entender

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    1. No siempre es fácil entender, especialmente cuando intervienen factores que lo apagan o hacen rutinario.

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