—Tú estás en lo cierto, Sancho —dijo don Quijote—. Vete adonde quisieres y come lo que pudieres, que yo ya estoy satisfecho, y solo me falta dar al alma su refacción, como se la daré escuchando el cuento de este buen hombre.
Marina
sábado, 17 de febrero de 2024
Génesis
La deconstrucción me resultaba excitante. Aserré la rama en que estaba sentado y, al escuchar el crujido de la madera, vi pude ver al árbol caer y desaparecer bajo mis pies entre sus raíces. Miré absorto como arrastraba tras de sí a hombres y animales de tierra, aíre y mar, y como las nubes ocultaban a la luna, al sol y a las estrellas, y la vegetación moría bajo el influjo de la oscuridad. Sentado en aquella rama etérea ya no era capaz de distinguir el cielo del mar, ni la noche del día, y allí respiraba la total ausencia, el triunfo de la nada, cuando a lo lejos oí una voz grave que decía: «Empecemos otra vez».
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No te das, o no te diste cuenta, de que estabas en un agujero negro que atrae todo y del que no hay fuerza en el universo con la energía necesaria para escapar de él.
ResponderEliminarNi siquiera los pensamientos.
Bueno, si te mantienes en la rama durante la deconstrcción, cuando ésta termine, tendrás un lugar privilegiado paragdisfrutar de la próxima reconstrucción.ĵ
EliminarEmpezar de nuevo, como cuando se reinicia un ordenador. Puede que sea la.solución a tantos errorew que se vometen..un abraxo, Ezequiel.
ResponderEliminarReconstruir o reinterpretar el pasado o el presente para mejorar el futuro.
ResponderEliminar