Aquel libro recogía algo más que una historia. Trataba de forma minuciosa de revoluciones, hambrunas, sequías, epidemias, terremotos y otras catástrofes naturales que culminaron con le segunda guerra mundial llevaron al planeta a una situación dramática.
Estaba satisfecho, el texto había quedado inmaculado, dibujos de gran calidad ilustraban cada uno de los acontecimientos, los editores se pelearon por publicarlo, y se vendieron millones de ejemplares en todos los idiomas.
Le propusieron escribir de nuevo y aceptó. Revoluciones, hambrunas, sequías, epidemias, terremotos y otras catástrofes naturales asolaron la Tierra y la condujeron a la tercera guerra mundial. Nunca volvió a escribir.
Quizá no fuera tan malo que no escribiera más. A lo mejor así se evitaban revoluciones, hambrunas, sequías, epidemias, terremotos y otras catástrofes naturales.
ResponderEliminarA mi, más que un profeta me parece un agorero, que también es un profeta.
Todos sospechamos y apostamos por un futuro pero, acertemos o fallaemos, no lo comentamos.
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