—Tú estás en lo cierto, Sancho —dijo don Quijote—. Vete adonde quisieres y come lo que pudieres, que yo ya estoy satisfecho, y solo me falta dar al alma su refacción, como se la daré escuchando el cuento de este buen hombre.
Marina
jueves, 21 de diciembre de 2023
Confinamiento
La declaración del estado de alarma me dio mucha paz. Sin coches, niños ni pandillas, la tranquilidad estaba asegurada. Solo el teléfono, la vibración del correo, los avisos de facebook, y el Menuet, el Classic Bell y el Sex de mis grupos de whatsapp, me impidieron descansar. Era más fácil callar a la ciudad.
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La ciudad se calló pero permitía escuchar los trinos de los pájaros el ulular del viento y el rumor de la lluvia.
ResponderEliminarTambién se oía, con fuerza, los aplausos de las ocho de la tarde.
Los aplausos callaron. El ruido sigue.
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