—Tú estás en lo cierto, Sancho —dijo don Quijote—. Vete adonde quisieres y come lo que pudieres, que yo ya estoy satisfecho, y solo me falta dar al alma su refacción, como se la daré escuchando el cuento de este buen hombre.
Marina
Marina, de Ezequiel Barranco Moreno
viernes, 1 de diciembre de 2023
Final feliz
El insecticida no pudo evitar que la mosca se reencarnara en mariposa.
La esencia nunca se pierde. Un abrazo, Ezequiel
ResponderEliminarAsí es, Ángel, ni la esencia se pierde ni, mucho menos, pueden destruirla.
EliminarAdemás, al morir, la mosca depositó decenas de huevos sobre el mantel.
ResponderEliminarTodos dejamos detrás un rastro.
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