Hacia más de treinta años de la discusión que hizo que mi hija abandonara la casa. Desde entonces, cada día, le preparaba el desayuno junto al mío, pero siempre terminaba en la basura.
Una mañana, sin esperarlo, volvió, pero no quería desayunar. Solo me pidió un beso que yo, orgulloso, le negué.
Desde entonces, cada día, le preparo el desayuno junto al mío, pero siempre termina en la basura.
Y el beso?
ResponderEliminarVolando, esperando.
EliminarDoloroso. Las oportunidades hay que aprovecharlas.
ResponderEliminarEl problema es saber que oportunidad es la correcta y en qué momento lo es.
Si se nos presentan, aprovechémoslas, no sea que se nos escapan.
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