Estaba triste Dolor sentado en una mesa en el rincón más
oscuro del bar cuando vio entrar a Seca muy abatida. Dolor la invitó a sentarse con él.
—¿Quieres tomar algo? —preguntó Dolor tras saludarla.
—No, gracias —respondió Seca sin levantar la cabeza.
—¿Te pasa algo? Te veo triste.
—Tampoco a ti se te ve muy feliz.
—Se me ocurre algo, te doy mi "D" ¿la quieres? —le
dijo Dolor para intentar animarla y un poco harto de cargar con su pena.
—¡Vale! te la cambio por mi "C" —contestó Seca
ilusionada.
Nighthawks, de Edward Hopper
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A veces pequeños cambios producen grandes efectos
ResponderEliminarAsí es. Hay que saber qué se cambia, por qué se cambia y con quién se cambia.
ResponderEliminarebarranco@ono.com
ResponderEliminarLa s de soledad los acompañaran siempre
ResponderEliminarTambién está la C de coraje, la O de orgullo, la L de lógica, la R de risa, la E de esperanza, la D de diálogo y la A de ánimo. Incluso la S sirve de salir del pozo.
EliminarTambién está la C de coraje, la O de orgullo, la L de lógica, la R de risa, la E de esperanza, la D de diálogo y la A de ánimo. Incluso la S sirve de salir del pozo.
EliminarPrecioso microrrelato, esa seda producto de ese intercambio está muy bien.
ResponderEliminarMuy logrado el texto.
Saludos
Puri
Tengo entendido que Seda y Color fueron muy felices. Pero esa es otra historia.
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