—Tú estás en lo cierto, Sancho —dijo don Quijote—. Vete adonde quisieres y come lo que pudieres, que yo ya estoy satisfecho, y solo me falta dar al alma su refacción, como se la daré escuchando el cuento de este buen hombre.
Marina
Marina, de Ezequiel Barranco Moreno
viernes, 22 de julio de 2016
Pena de muerte
Tenía derecho a un último deseo y pidió abandonar la cárcel.
Al salir, desde la torre vigía, los guardias ejecutaron la sentencia y pudo
morir en libertad.
Fue torpe. Su último deseo podía haber sido no morir. No obstante murió con dignidad
ResponderEliminarMe temo que ese deseo se le pasó por la cabeza, pero pensó que no se lo iban a conceder
EliminarMurió en libertad? libre?
ResponderEliminarMorir, murió y en libertad también. Nunca sabremos si le mereció la pena.
EliminarMorir donde deseas morir.. quizás merezca la pena...solo quizás.
ResponderEliminarSi no hay más remedio y se puede elegir como...
ResponderEliminarJajajajja.. touché.
ResponderEliminarQué malvado es usted!!