DÍA VEINTINUEVE DE JULIO, VIERNES: BARLINO
Fuimos a los Lagos de Barlino, adonde nos llevó Barlino.
La capital de Barlino, de igual nombre, se levanta sobre un
inmenso entramado de lagos. En el centro de cada uno de ellos hay una isla con
huerto, un jardín y una casa, habitada por una familia. Barlino nos llevó a ver
el amanecer en los lagos e insistió en que volviéramos por la noche para ver el
ocaso. El juego de colores y sombras es impresionante en ambos momentos.
Durante el día nos explicó que la vida tranquila de los habitantes de los lagos
nunca se ve alterada. Se levantan al amanecer y todos miran al este en espera
de que salga el sol, recogen las frutas y verduras de sus huertos, arreglan el
jardín, pescan lo necesario para comer y se encierran en sus casas hasta que,
al final de la tarde, salen todos a mirar al oeste.
De vez en cuando se hunde una isla y se produce una gran
pesadumbre entre sus vecinos, pero al poco tiempo resurge del fondo del lago y
otra familia ocupa su lugar.
La casa del lago, de Luis Fernández Hebrero
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No se. Parece algo aburrido. Todos los días iguales.
ResponderEliminarMenos mal que tiene el aliciente de ver hundirse una isla y resurgir de vez en cuando
No sé, aburrido o tranquilo. Lo cierto es que nunca se queda una isla vacía.
EliminarY que pasa con la familia de ma isla que se hunde?. Aburrida y triste o no?
ResponderEliminarHabrá que preguntárselo a Faltín.
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