El
camino, de Callein Scheller
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Salió
temprano un gris día de invierno, en silencio y sin despedirse, para
evitar que influyeran en su decisión y le obligaran a abandonar su plan.
Cruzó
la puerta de la casa y, sin mirar atrás, caminó decidido, intentando borrar de
su mente todos los objetos y las personas que durante tanto tiempo lo habían
rodeado. Evitó pasar por los lugares en los que pudieran reconocerle, se
alimentó de pan y agua, anduvo sin descanso durante el día y durmió bajo las
estrellas de noche. Cerca ya de su destino se acostó satisfecho y, a la mañana
siguiente, al llegar por fin a Ninguna Parte, se sintió liberado.
Difícil huir de todo aunque noo imposible, pero que sacrificado es
ResponderEliminarA veces, si replanteamos (o simplificamos) nuestro objetivo, no es una huida, es un camino.
ResponderEliminarMuchas veces el camino es la meta
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