Otoño, de Claude Monet
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Atenazado
por las noches cada vez más presentes, velado por la neblina de la mañana y
bajo la amenaza constante de nubes y tormentas, el sol de otoño se fue
diluyendo a semejanza del futuro que pintaron de promesas y esperanzas y que, pasados
los años, es solo remembranza del pasado y un camino rutinario hacia el
invierno.
Cada estación tiene su propio color. Siempre entrañable y maravilloso
ResponderEliminarLos ciclos vitales tienen su propio color. Siempre entrañable y maravilloso.
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