Marina

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Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

viernes, 9 de septiembre de 2016

La extraordinaria historia de Efraín de la Torre

Mientras me preparaba el desayuno, llamaron a la puerta con violencia. Abrí con cierto recelo y, sin que me diera tiempo de reaccionar, recibí un empujón del Rey Negro, que sin mediar palabra, entró decidido en el salón y se acomodó en el sofá.

—Majestad ¿podría explicarme…? —le pregunté confundido.
—Me han tendido una celada y están a punto de darme jaque mate. Efraín, es usted mi única esperanza.
—Si puedo ayudarle…
—¡Enróquese! —me ordenó el Rey con voz de mando.

Y desde entonces, permanezco encerrado en la torre blanca esperando mi destino.

Ajedrez, fuera de lugar, de Jorge Luna

4 comentarios:

  1. Aceptar el enroque ha sido su mayor error, por mucho que lo mande el rey. al final caerá con él

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    1. Es malo ser miembro del equipo perdedor y tampoco es bueno ser uns ficha dócil e impersonal del vencedor.

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  2. Por desgracia, todos somos fichas impersonales de uno u por bando. O bien, si no somos de ningún bando, seguimos siendo impersonales, aunque sin definir

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    1. Fichas más o menos rebeldes con o sin causa, disciplinadas, luchadoras, sensibles, convencidas, complejas, obediemtes, independientes... A diferencia del ajedrez, las fichas tienen infinitos colores.

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