Va a hacer ochenta años y lo recuerdo como si fuera ayer.
Salimos de casa con mucha prisa. Llovía y hacía frío, caminamos durante horas a pesar de mis protestas por las prisas y los gritos, porque nadie me decía a
dónde íbamos o me explicara que pasaba, sirvieran para nada. La escarcha, la
niebla, el río, los árboles, todo era del mismo color gris de mi infancia. Mi
padre me decía que no tuviera miedo,
pero yo sabía que huíamos, que huíamos de ese miedo que tanto nombraba.
Exilio, de María Giuffra
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Miedo que tanto nombraba pero del que no se podía huir.
ResponderEliminarHoy hay otro miedo distinto pero también real. Y de ese no hay donde huir.
El miedo, como defensa ante una agresión real es beneficioso, ante una agresión supuesta deja de ser útil, y si no hay agresión, es un mal compañero.
EliminarEl miedo es un mecanismo de defensa, que te bloquea o te hace saltar si tienes las estrategias. Hoy por hoy vuelve a bloquearme y me entristece
ResponderEliminarEl miedo es un aviso al que hay que responder.
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