Se
había quedado el libro abierto en la página dieciocho y decidió que era el
momento de salir a buscar nuevas aventuras.
Exploró
las estanterías viendo libros y fotos, visitó cada esquina del cuarto e incluso
quiso continuar por el largo pasillo que se abría detrás de la puerta, pero una
brusca corriente de aire lo desestabilizó. Notó entonces que el globo perdía
altura y que, por mucho que soltaba lastre, caía hacia la mesa. Cuando tocó
tierra, ya estaba en la página diecinueve.
Paseo
en globo, de Didier Mayés.
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Leer es un -maravilloso- viaje
ResponderEliminarY soñar también...
EliminarSi tuviera un marca página podría saltar de hoja en hoja y de capitulo en capítulo o de pasaje en pasaje. que maravilla leer, lastima que perdí la costumbre con la dichosa informática. no consigo remontar
ResponderEliminarRetomarlo puede ser un esfuerzo, pero es necesario. Tú sabes de esfuerzos y logros.
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