—Tú estás en lo cierto, Sancho —dijo don Quijote—. Vete adonde quisieres y come lo que pudieres, que yo ya estoy satisfecho, y solo me falta dar al alma su refacción, como se la daré escuchando el cuento de este buen hombre.
Marina
Marina, de Ezequiel Barranco Moreno
viernes, 29 de mayo de 2015
Ocaso
Anochecía cuando notó su presencia.
Se acercó (y dejó que se acercara hasta tocarla) y la abrazó
(y dejó que la abrazara hasta envolverla).
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