—Tú estás en lo cierto, Sancho —dijo don Quijote—. Vete adonde quisieres y come lo que pudieres, que yo ya estoy satisfecho, y solo me falta dar al alma su refacción, como se la daré escuchando el cuento de este buen hombre.
Marina
Marina, de Ezequiel Barranco Moreno
lunes, 12 de diciembre de 2016
Sobre el mar en calma
Serie efemérides - 12
Abro
la ventanita del día doce, en la que un joven da la buena nueva a un grupo de
pastores.
Vuelan
las palabras sobre los peces, las aguas y la brisa y ya nada podrá detenerlas.
El año pasado, en Francia se aprueba la resolución de 195 países para contener emisiones a la atmósfera. Una esperanza para todos: peces, agua, brisas y personas. (La emisión de metano de las vacas no está contemplada)
Como no sea la aparición del Ángel a los pastores. O la elección de Pedro como piedra de la Iglesia. Me rindo
ResponderEliminarNo las palabras salen de la tierra y del hombre, no del cielo.
EliminarJuan Ramón Jiménez publica Platero y yo... no lo se, no se me ocurre nada o no encuentro nada
EliminarEl centro es la palabra y el destino la guía.
EliminarEl año pasado, en Francia se aprueba la resolución de 195 países para contener emisiones a la atmósfera. Una esperanza para todos: peces, agua, brisas y personas. (La emisión de metano de las vacas no está contemplada)
ResponderEliminarComo todos los avances, ese también puede facilitar el tránsito de palabras.
ResponderEliminarIgual que el telégrafo sin hilos?
ResponderEliminarLa palabra hablada.
EliminarLa palabra hablada.
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