Cada
semana aparecía un cadáver en la orilla del río y Oliverio del Olmo, detective
perspicaz de métodos expeditivos, fue
contratado para que esclareciera el caso y detuviera a los asesinos.
La
labor era ardua, ya que todos los habitantes del campo de girasoles eran
enanos, de menos de veinte centímetros y siempre vestían de amarillo, pero
Oliverio lo tuvo claro —arrancad todos los girasoles y dejad limpio el campo, dijo— y
hecho esto, observó los movimientos de cada uno de los enanos hasta que
encontró al asesino y lo dejó bajo la custodia del alcalde del pueblo. Ya no
habrá más muertos, le dijo.
Meses
después en el descampado comenzaron a crecer amapolas y apareció un nuevo
cadáver vestido de rojo en la orilla del río.
Serie: Mis cuadros
Campo de girasoles, de Ezequiel
Barranco Moreno
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Y dijo Dios… Pasad por la ciudad… y matad; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. Matad a viejos, jóvenes y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno" [Ezequiel
ResponderEliminarEso dijo Dios y muchos lo imitaron, pero no he sido yo quién lo ha transcrito.
EliminarNo hay nada nuevo
ResponderEliminarNigeria 2016
Eliminar"Arrancad las semillas. Fusilad a los niños" (Kenzaburo Oé 1958)
ResponderEliminarISIS 2016
EliminarSiria 2016
EliminarIsrael 2016
EliminarY otros tantos: Siglo XX... XXI...
EliminarNi en otras culturas
ResponderEliminarLa violencia y la sinrazón delserhumanono tienen límites
ResponderEliminar種子ニップ。子供を殺します
ResponderEliminar(Por si no queda claro)
لقد قلت بأنه يمكنني أن
EliminarSeguimos sin acabar con las malas hierbas
ResponderEliminarPues es, no siempre el fin justifica los medios.
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