—Tú estás en lo cierto, Sancho —dijo don Quijote—. Vete adonde quisieres y come lo que pudieres, que yo ya estoy satisfecho, y solo me falta dar al alma su refacción, como se la daré escuchando el cuento de este buen hombre.
Marina
Marina, de Ezequiel Barranco Moreno
viernes, 3 de junio de 2016
Culpable
Encontrándose acorralado, la única posibilidad de escapar fue
buscar una salida por la puerta de atrás de su conciencia.
Profundo
ResponderEliminarSí, así es.
ResponderEliminarMuchas veces la conciencia es lo que nos mantiene a salvo.
ResponderEliminarLa conciencia es un aliciente para los justos, un freno para los salvajes y un reto para los indecisos.
EliminarPrecioso comentario Eze
EliminarLa mayoría siempre tenemos un reto por delante.
EliminarLa soledad y la conciencia no son buenas compañías
ResponderEliminar