A continuación -avisó tras dar dos golpes secos en el atril-
pueden pujar por el magnífico óleo "El pícaro". Se trata del retrato
realista de un caballero de unos cincuenta años que, maletín en mano, se
levanta para saludar ceremonioso a otra persona, en lo que parece ser el
interior de una sucursal bancaria.
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Los pilares de la sociedad, de Georg Grosz
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Todo en manos de los mismos, No, me gusta, no me gusta, grrrr
ResponderEliminarMe gusta que no te guste, siempre que no sea el cuento, sino lo contado.
EliminarGracias por tu comentario.
Muy actual. Bankia exactamente
ResponderEliminarGracias por tu comentario y por tan ilustrativo ejemplo.
EliminarLa historia es una sucesión de bucles temporales: todo se repite una y otra vez. No es nuevo de nuestro tiempos, lo venimos arrastrando desde la antigüedad. Sólo hay que cambiar el lugar: sucursal bancaria, casa de usura, despacho de gobernante, silo de grano... Leni Lavado
ResponderEliminarLa prinera crisis financiera conocida fue la de los tulipanes, en Holanda en el siglo XVII. El bulbo de un tulipán, por caprichos de ricos y labor de especuladores, en poco tiempo, llegó a cambiarse por una mansión o a venderse por 90.000 florines (el sueldo medio era de 150 florines). Se hipotecaron y pidieron créditos para conseguir un bulbo y mucho más por una plantación. Por motivos no muy claros el mercado cambió y al día siguiente de los 90.000, se intentó vender a 1.500 y no se consiguió. La crisis, además de estúpida fue tremenda.
EliminarDesde entonces, lo estamos viviendo con la banca y el ladriilo, no hemos aprendido.