"¡Éste se va a enterar de lo que vale un peine, se le
va a caer el pelo, no sabe con quién se la está jugando…!" Así hablaba esa
mañana, al arreglarse frente al espejo y prepararse para salir y soportar en
silencio las afrentas de la calle, del trabajo y de su yo hostil.
El espejo, ya con la luz apagada, harto de escuchar cada día
la misma salmodia, descansó.
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Autorretrato delante del caballete, de Vicent Van Gogh
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Lo bueno seria mantener la actitud cuando se sale de casa y lo malo es desinflarse cuando se sale por la puerta... que es lo que a los débiles de espíritu nos suele ocurrir. Leni Lavado
ResponderEliminarTienes razón. Esta tarde en ningunaregresa una nueva versiön.
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