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Boodegón con cuatro racimos de unas, de Juan Fernández "El Labrador" |
Cuando llegué estaban poniendo la mesa para cenar. Los
abuelos adaptaron el menú de Nochevieja a las nuevas circunstancias, sobre un
hule dispusieron el menaje de plástico para recibir las viandas: Entrantes variados
de polietileno, latas diversas, envoltorio aromatizado con pata de cordero para
el plato principal, papel de plata para los postres, capsulas de café, y doce
bolitas de papel de aluminio para las campanadas.
Los ancianos, que añoraban los sabores de antaño y se
conformaban con sus recuerdos y nuestra presencia, o eso nos hacían creer, se
tomaron a escondidas las doce uvas que habían conseguido de estraperlo. El
certificado de defunción era claro: Intoxicación alimentaria.
Los pobres. Se tomaron la cena para evitar que los residuos plásticos acabaran en el mar.
ResponderEliminarMenos mal que, después de comer se tomaron un envoltorio de Almax. Eso fue lo que les salvó.
Veremos a ver lo que comerán nuestros hijos. Plástico, sin duda, no va a faltar. Uvas, no sé.
EliminarGracias por tu fidelidad a lo largo del año. Prometo seguir dando la tabarra.