23 de noviembre, Día Internacional de la Palabra
El último visitante ilustre fue don Gabriel García Márquez,
que en paz descanse. Ocurrió hace algo más de dos años y la visita fue
francamente desagradable. Es cierto que el hostal estaba algo abandonado, pero
estaba pendiente de rehabilitación cuando lo recibimos. Se quejó principalmente
de la falta de limpieza y, para demostrarlo dejó sobre el mostrador algunos
objetos que había encontrado entre los cajones y bajo la cama de su habitación:
un yelmo de barbero, una carta de amor, un puñal de plata, una rosa eterna, una
carta de navegación, una guirnalda de pensamientos y unas semillas de baobabs.
Le pedimos disculpas pero, por muchas explicaciones que le dimos, se mostró
inflexible y se marchó.
Cuando limpiamos el cuarto tras su partida, encontramos que,
sobre la mesilla de noche, se había dejado olvidado un mapa de Macondo.
Naturaleza muerta, con pipa, vela y libros, de John Frederick Peto
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Si lo piensas, en las cosas olvidadas hay vivencias, conversaciones, confidencias y amores no tan olvidados
ResponderEliminarUna historia por cada habitación de hotel, por cada huésped, por cada escritor y por cada palabra, sería imposible, pero seguro que tendría interés contarlas.
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