Terminado el responso, fui el primero en acercarme a él para
despedirme y besarlo por última vez, pero cuando estaba cerca de su cara, noté
su aliento agónico y una mirada angustiada y reprobatoria, con la que intentaba
decirme lo que su estado catatónico no le permitía. Fue entonces cuando ordené
que cerraran inmediatamente la tapa del ataúd.
Esa tarde tenía cita en el banco, estrenaba mi coche y había
quedado con el notario para cerrar la compra de mi casa nueva.
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Se murió el muerto (detalle), de Kinkin Rocha
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No digo que no haya ocurrido pero esto es llevar al extremo la crueldad y el egoísmo humanos. Leni Lavado
ResponderEliminarSin llegar a ese extremo, ¿seguro que no ocurre?
ResponderEliminarDemasiado habitual diria yo
ResponderEliminarAl menos su conciencia le advirtio.
Me gustaria pensar q aprendio de su actitud, nunca es tarde para ser mejor humano
Qué cabrito. el muerto al hoyo... cuidemonos de amigos y familaires de esta calaña. Uff que mieo chavó
ResponderEliminarHacer planes es peligroso si no hay un fondo de moral.
ResponderEliminarQué no ocurre???
ResponderEliminarTened cuidado cuando en el curro os pidan una almohada.
Lo tendremos en cuenta
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