Marina

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Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

domingo, 31 de julio de 2022

Después de la tormenta

¡Aún dicen que el pescado es caro!, de Joaquín Sorolla

En la antigua pescadería del puerto se podían ver los restos de la pesca que no se vendió la jornada anterior, y que ya empezaban a oler mal.

            Fue una mañana fría, de poca venta. Emilia reparaba las redes, mientras esperaba a su marido, preocupada porque el tiempo desapacible, la lluvia y el oleaje de la costa gallega hizo que solo salieran a faenar los más atrevidos o necesitados. Ella le imploró que no saliera —«te estás haciendo viejo, Martín», le advirtió—, pero él contestó que estaba harto de comer sopas de pan.

            Cerca ya el anochecer, se dirigió al puerto, pues a esa hora debería llegar el barco con una nueva carga, pero solo encontró a otras mujeres, que observaban en silencio el mar embravecido y escudriñaban el horizonte.

            Al día siguiente miraban juntas al mar en calma, y el pescado cada vez olía peor.

2 comentarios:

  1. Hay trabajos duros (panaderos, periodistas, ginecólogos, médicos de cuidados paliativos et cetera) Otros como policías, militares, reporteros de guerra et cetera. En los primeros está vez te juegas la vida. Los segundos lo tienen más posible.
    Los pescadores tienen que enfrentarse todos los días al mar ya sus caprichos. Se trata de vivir mal o no vivir.

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    1. Nunca ha habido proporcionalidad entre el esfuerzo, la formación, los riesgos y la responsabilidad con las ganancias que deberían emanar de ello.

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