Marina

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Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

sábado, 9 de julio de 2022

Mi mágica oportunidad de emprendimiento

Ilustración de Eva García para el concurso de relatos Monstruoscopio

Para terminar mi trabajo de fin de curso del taller de brujería le di a mis gemelos una pócima que iluminara su mente, pero algo saló mal y ahí los tengo, de candelabros en la baranda de la escalera. Mis padres no paraban de insultarme por el error y, harta como estaba, les hice un encantamiento y acerté, ahora son dos cuadros colgados de la pared entre unas arañas —antes eran mis gatitos queridos—, que tejen aburridas su red. Mi marido, un ángel caído del cielo, vio el caldero, probó la sopa sin preguntarme y ahí está la criatura, tranquilo y feliz, como un trofeo a mis espaldas. Por suerte bebió muy poco y ha conservado la mirada y el habla. Me dijo que no que no le importaba, que era feliz y que, como buen voyeur, disfrutaba cuando me contoneaba al preparar un bebedizo.

Yo ya he olvidado mis apuntes y me dedico a investigar mis pócimas con éxito. De hecho, era bajita, rechoncha, pálida y poco agraciada y me llamaban Julita y hoy dirijo el Magic Scape Room Madame Juliette con ofertas lúdico-gastronómicas para adultos. Mi marido, sin embargo, tiene un rictus desabrido que me desasosiega.

Publicada en el Concurso de Relatos Monstruoscopio

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