Marina

Marina
Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

sábado, 29 de mayo de 2021

Declaración

La Giralda, de Ezequiel Barranco

Sin más ayuda que los dedos aferrados a cada uno de los ladrillos mudéjares y el soporte de sus zapatos de montañero, escaló los ciento cuatro metros de la Giralda en menos tiempo que la policía y la ambulancia tardaron en llegar a los pies de la torre, y los bomberos en subir las treinta y cinco rampas para llegar al Giraldillo.

Había querido decírselo en repetidas ocasiones, pero mudo como era y analfabeto, no tenía otra opción que llegar a ella, postrarse a sus pies y demostrarle hasta donde llegaba su deseo.

Culminó la escalada en el añadido renacentista y, tras mirar y rendirse ante la Santa Juana que lo corona, le ofreció un ramo de azucenas y la abrazó, y ella le devolvió una sonrisa y una mirada que solo él supo ver.

En ese momento arreció el viento de levante y las campanas tañeron con especial intensidad una inusual melodía acoplada a los sueños de él y los latidos de bronce del corazón de la veleta, y juntos desaparecieron entre las nubes bailando al ritmo del vals.


2 comentarios:

  1. El viento, sin embargo, dejó las azucenas en la torre.

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    1. Las azucenas siempre estarán ahí, para quien quera recogerlas o regalarlas.

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