Marina

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Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

viernes, 1 de mayo de 2020

Conversaciones en la barra de un bar - I: El desayuno

Clotilde contemplando a la Venus de Milo (detalle), de Joaquín Sorolla 

El bar, una especie de bristó de esos en los que, aparte de desayunos y copas, te dan comida económica, estaba casi vacío. Me senté en una banqueta en el extremo da la barra y me pedí un café y una tostada, que el camarero me sirvió diligente tras mirar su reloj. «¿Me invitas?» —preguntó una voz femenina a mi derecha—. Volví la cabeza y allí estaba ella, la Venus de Milo, que me miraba fijamente.
            Asentí por educación y curiosidad y, tras presentarme, para romper el hielo, le pregunté sobre su vida, si sabía algo de Cupido y si lo había vuelto a ver. Me dijo que sí y lo definió como un hombre tan volátil y enamoradizo que estaría por ahí con cualquiera, en un museo, o bajo la tierra, y que lo mismo aún conserva la manzana que le ofrecí. En todo caso, no mostró interés en responderme. Había pasado mucho tiempo, pensé.
            Venus se quedó mirando el café, lógicamente sin poder cogerlo. Se lo acerqué a los labios y le di pedacitos de mi tostada. Yo estaba extrañado, a nadie le llamaba la atención su presencia, salvo a algún joven que, sin disimulo, miraba, más que los pechos, los secretos que guardaba la túnica milagrosamente suspendida sobre sus caderas.
            Terminé el desayuno y salí apresurado para evitar las miradas de los otros clientes.
            —Me da pena dejarla ahí ante la mirada de todos —me dije sin volver la vista.
            —¡Qué lástima!, como ha cambiado Cupido —le dijo Venus al camarero mientras éste le limpiaba los labios.

3 comentarios:

  1. Tenía razón la pobre Venus al preocuparse por su hijo. Al fin y al cabo siempre había notado que no maduraba, ni crecía.
    Al final, se consoló, estará con Psique en el Palacio del bosque.
    Quizá esa chica tan mona pueda conseguir que siente cabeza y dejé de juguetear con flechas.

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  2. Por cierto. Venus es Afrodita y Afrodita es Pandemos (la popular)
    Curiosa coincidencia con la situación.

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  3. Supongo que Cupido se ha quedado con Psique y Pandemia, ultrajada, se ha ido por ahí con cualquiera.

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