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Adoración de los Reyes (detalle), de El Bosco |
Pidió a los Reyes que le devolvieran a su
papá, pero lo único que encontró aquella fría mañana de enero, entre juguetes y
libros, fue una carta con un lacónico mensaje: «Nunca va a volver». Al cumplir seis años le habían que dicho que su padre se fue al poco de
nacer él, y ahora pedía explicaciones.
Le entregó entre sollozos la carta a su madre
que, tras leerla con atención, escribió en el reverso: «¿Por
qué le has dicho eso al niño?», y
la dejó sobre la chimenea. La respuesta de Baltasar no se hizo esperar: «No puedo mentir,
pero tampoco voy a permitir que mi prestigio quede en entredicho por aquella noche de
locura».
No conocía yo esa faceta de los Reyes. Bueno, son reyes, son magos y son de oriente, pero también son humanos y trabajan de noche metiéndose en las casas. Claro... una cosa lleva a la otra y pasa lo que pasa.
ResponderEliminarNo se me había ocurrido pensarlo.
No se lo tengas en cuenta. Quizás haya sido el efecto afrodisiaco de los mantecados de chorizo de Pamplona.
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