Requiem,
de Ignacio Trelis
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I. INTROITUS
1. Requiem aeternam
Que
la luz perpetua los ilumine,
en
su caminar a la esperanza
Sea
útil su esfuerzo y su sacrificio
Escucha
Madre Tierra nuestras alabanzas
Escucha
mi plegaria, Señor de la Bondad.
Hacia aquí vienen los mortales que quieren vivir.
Dales
fuerza y que brille para ellos la luz.
II. KYRIE
1. Kyrie eleison
Ten
piedad.
Madre
del Cielo y el Mar.
Ten
piedad de los desesperados.
III. GRADUALE
1. Requiem aeternam
Otórgales
el descanso tras su viaje,
Son
justos, permanecerán en nuestro corazón,
no
traerán falsedades.
Nos
devolverá la alegría.
IV. TRACTUS
1. Absolve, Domine.
Absuelve,
Tierra Prometida de la Comprensión
A
las almas de los fieles peregrinos,
Sus
pecados de las ataduras del hambre,
y
que socorridos por tu gracia
puedan
disfrutar de la bendición lejos de las guerras y la persecución.
V. SEQUENTIA
1. Dies irae
El
Día de la Ira temo que llegue. Aquel día
en
que los siglos nos reduzcan a cenizas;
como
testigos del olvido y desprecio.
¡Cuánto
terror habrá en el futuro
cuando
el poderoso levante el muro
y
nos juzgue
y
cuando al débil lo derrumbe
y
juzgue la afrenta!
2. Tuba mirum
La
trompeta, esparciendo un sonido admirable
por
los sepulcros de todos los reinos,
por
los desiertos y los mares
llamará
a todos ante el trono de la justicia.
La
muerte y la Naturaleza se asombrarán,
cuando
las criaturas se levanten otra vez,
para
responder a su Juez.
El
libro escrito entonces será traído al frente,
por
lo que el mundo será juzgado.
Entonces,
cuando el Juez tome asiento,
lo
que estaba oculto se mostrará:
y
nada quedará pendiente.
¿Qué
podrán decir entonces los pobres desdichados?
Y
los poderosos
¿A
qué protector podrán rogar,
cuando
los justos estén seguros?
3. Rex tremendae
Madre
Tierra de Tremenda Majestad,
que
salvas a quién salvación merece,
sálvalos,
por piedad.
4. Recordare
Recuerda,
Piadoso Señor de la Dignidad,
que
son la causa de tu existencia;
Búscalos
y redímelos,
cansados
y agotados
Tanto
trabajo no sea en vano.
Justo
juez de la retribución,
otorga
la gracia de su victoria,
al
pisar la Tierra Prometida, la Tierra Escamoteada.
5. Ingemisco
Haz
que nos lleguen sus suspiros,
por
lo que no tienen
por
abandonar su tierra,
de
dejar su gente.
Te
supliqué que no se perdieran en el mar embravecido
o
bajo el sol abrasador.
Que
les dieras un sitio entre los tuyos, entre nosotros
a
tu diestra, bajo un techo. A nuestra diestra, bajo nuestro techo
6. Confutatis
Pero
los desesperados son condenados,
sentenciados
a las flamas del dolor.
De
rodillas, en súplica, te rogué,
con
el corazón contrito, casi hecho cenizas,
que
cuidaras de ellos, de cada uno de ellos.
7. Lacrimosa
Lamentable
aquel día,
cuando
se transformaron en cenizas
sin
ser juzgados.
No
hubo compasión para ellos.
VI. OFFERTORIUM
1. Domine Iesu Christe
Señor,
Rey Glorioso, Soberano Justo. Señora del Mar, del Cielo, de la Tierra.
Libera
ahora sus almas
ya
que no los librastes de las llamas del desierto,
del
profundo abismo de la incompresión.
de
la boca del esclavista, del tratante, del explotador.
Que
el abismo horrible no los engulla
ni
sean encadenados en oscuridad,
ni
olvidados en la justificación.
2. Hostias
Plegarias,
Señor de la Caridad, ofreceremos en su honor.
Señor
de las Fronteras, Destruye los muros.
Madre
del Sosiego, deja el mar en calma.
Padre
Justo de la Sed, sé lluvia en los desiertos.
Madre
de la Piedad, pon rostro a los refugiados,
Padre
de la Tierra Prometida, amparara a los justos, a los que huyen, a los que
esperan.
Madre
de la Tierra Prometida, amparara a los justos, a los que huyen, a los que
esperan.
Martillo
de la Venganza. No olvides a los que ofenden, no perdones las afrentas.
VII. SANCTUS
1. Sanctus
Señor,
Rey Glorioso, Soberano Justo. Señora del Mar, del Cielo, de la Tierra.
Debían
haber sido sus logros, no su sacrificio, tu gloria.
VIII. BENEDICTUS
1. Benedictus
Esperábamos
su bien y nuestra alegría.
¿Por
qué tu silencio?
¿Para
qué su sacrificio?
Bendito
sea el hombre.
Bendita
sea la mujer.
Bendito
el niño que se fue sin haber llegado, sin haber entendido,
con
su mirada inmensa tu conciencia,
en
nuestra conciencia.
IX. AGNUS DEI
1. Agnus Dei
Estás
ahí y lo has permitido.
Dales
al menos reposo.
Dales
reposo eterno.
No
espero tu paz.
No
esperes mi perdón.
X. COMMUNIO
1. Lux aeterna
Que
la luz eterna brille para ellos,
porque
eran buenos.
Dadles
el reposo eterno, Señor, Madre Tierra.
y
que sean ejemplo.
como
tantos otros valientes y misericordiosos,
para
que sí pueden, alcancen la gloria,
su
gloria.
.
XI. RESPONSORIUM
1. Libera me
No
me liberes del recuerdo, de la muerte eterna aquel terrible día.
Y
cuando los cielos y la tierra tiemblen,
cuando
vengas a juzgar al mundo con fuego.
Aquí
estaré, hecha para luchas el día que llegue a la próxima ira.
Cuando
los cielos y la tierra tiemblen.
Ese
día, ese día de furia, de calamidad y miseria, ahí estaré yo,
para
pedirte explicaciones y hacer que la luz brille en ellos.
XII. ANTIPHONA
El
paraíso soñado era la tierra,
más
allá del mar de las miserias
de
los monstruos del hambre,
del
llanto de la guerra, sin mártires.
¿Dónde
estaban los ángeles que los acompañarían,
que
los recibirían, que los ampararían?
XIII. AMEN
1.
Dies Irae
Piadoso
Señor del Silencio, del Imposible.
Madre
Tierra, Cielo y Mar, Señora del Abandono.
Tengan
descanso eterno.
Dales Señor,el devanado eterno.
ResponderEliminarAmén
No cabe otro comentaruo, quizá falte música. Por eso Dios creó a Mozart
Amén.
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