Perro blanco, de Franz Marc
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Mi
pastor suizo no ladra, es muy independiente, tiene miedo a otros perros, y su
mayor deseo es que lo dejen en paz. Un día lo secuestraron para utilizarlo como
cebo y lo soltaron frente a un pitbull, que en pocos segundos lo acorraló. Sin
dudarlo, escaló la pared con agilidad hasta el alféizar de la
ventana, encorvó el lomo y saltó sobre su contrincante, al que cegó con dos
certeros arañazos y le hizo un profundo corte en el cuello. Los criadores
vieron como su fiero ejemplar se desangraba mientras el mío —un gato encerrado
en un cuerpo que no le corresponde— rebuscaba pescado en la basura y se
iba en busca de la gata del vecino.
Los cobardes: ratas, lagartos y otras sabandijas pueden esconder habilidades insospechadas si se les pone a prueba
ResponderEliminarNo juzgar y no seréis juzgados, diría Kitty si pudiera hablar.
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