Marina

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Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

viernes, 4 de marzo de 2016

Viejos amigos

Sentado en un banco del parque Julián daba instrucciones a Truman, que lo escuchaba dispuesto a cumplir todas sus indicaciones o, al menos, eso parecía.

    No te vayas a subir al sofá,  no rebusques en la basura, no ladres al quedarte solo, cuando te saquen no tires de la correa ni protestes si te ponen el bozal y no te escapes para perseguir a otros perros.

Truman lo miraba y levantaba las orejas a modo de asentimiento mientras Julián lo acariciaba o lo amenazaba señalándolo con el dedo.

    Supongo que esas órdenes también serán para mí, quiero decir que tendré que tenerlas en cuenta —interrumpió Tomás.
    Los perros, como las personas, necesitan un mínimo de disciplina aunque sean viejos o, quizás, precisamente por eso —le respondió, para inmediatamente volver a dirigirse a Truman.
    Obedece a Tomás en todo, es tu dueño desde este momento pero, una última cosa,  cuando te vayas, te lo ruego, no vuelvas la cabeza.
    ¿No quieres quedártelo, aunque sea por un tiempo? —le propuso Tomás que había visto los ojos vidriosos de Julián.
    No, esa es mi decisión, me ha costado mucho tomarla, no hagas la despedida más larga.
    Está bien —contestó al tiempo que le ponía la correa a Truman y se levantaba.
    Espera Tomás, una última cosa, cuando te vayas, te lo ruego, no vuelvas la cabeza.

Julián sacó de su bolsillo una cajetilla de tabaco, con un golpe certero hizo salir un cigarrillo, lo encendió y le dio una profunda calada que aguantó unos segundos con los ojos cerrados, mientras las farolas comenzaron a encenderse lentamente.


Basado en la película "Truman" de Cesc Gay

American Mastiff de Lee Ann Shepard (detalle)

4 comentarios:

  1. Tendré que ver la Peli... aún así que más da mirar hacia atrás. Ese tiempo por suerte o por desgracia no volverá nunca. cachis

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    1. Es mejor aferrarse a los recuerdps que verlos partir. Nada es más doloroso que una despedida.

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  2. La despedida, oelabandono, de espaldas, sin mirar, no es sensibilidad es cobardía.

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    1. La despedida siempre es dolorosa, pero a veces se agradece que sea corta.

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