Marina

Marina
Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

viernes, 26 de febrero de 2016

Armonía

Hacía tiempo que cuando X se acercaba a Y, que la miraba con recelo, e Y devolvía la mirada a X con indiferencia. X quería a Y pero no soportaba sus manías. Y no quería a X, pero se había habituado a su compañía. X lo besaba pero Y seguía leyendo el periódico. Y le comentaba una noticia a X, que no le dejaba terminar y se iba a la terraza. X e Y decidieron que esa situación no podía seguir así y llamaron a Z, un consultor matrimonial.

Z le dijo a X que tuviera más paciencia y que intentara sobrellevar las manías de Y y le dijo a Y que fuera positivo y retomara aquello que lo había unido a X.

X tuvo desde entonces más paciencia, seguía queriendo a Y y aprendió a disimular cuando sus manías le molestaban. Y seguía sin querer a X, pero le sonreía amablemente y se acurrucaba junto a ella para ver la televisión.


En la casa de X e Y nunca más hubo un desplante, ni una discusión, ni un grito, ni una palabra. Solo se oía el silencio.

Contrato matrimonial, de William Hogarth

3 comentarios:

  1. Asi es la convivencia, respeto mutuo ante todo. Cuando se acaba el amor.... pero y la felicidad... en esas pequeñas cosas no?

    ResponderEliminar
  2. A nada dices que sí, a nada digo que no, para poder construir la tremenda armonía que pone viejos los cozazones... (Años, de Mario Benedetti). X e Y en un oema triste.

    ResponderEliminar
  3. A nada dices que sí, a nada digo que no, para poder construir la tremenda armonía que pone viejos los cozazones... (Años, de Mario Benedetti). X e Y en un oema triste.

    ResponderEliminar