Marina

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Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

viernes, 26 de febrero de 2016

Azar

En el salón estaba el cadáver, en el suelo sobre un charco de sangre. El comisario había recibido un escueto mensaje telefónico anunciando un asesinato en esa dirección, y ese  fue el primero de una serie crímenes, sin relación ni móvil aparente, siempre precedidos de una llamada similar.

Tras recibir una nueva nota, acudió a la dirección que indicaba y allí estaba el cadáver, pero en esta ocasión ahorcado. Bajo sus pies una silla caída, sobre la mesa un juego de dardos y en la pared un gran mapa de la ciudad, en el que se podían ver pequeños agujeros donde se habían producido los asesinatos y un dardo en una dirección que reconoció enseguida. No hubo más mensajes.

El destino y los juegos de azar, de Froilán León Orozco
 Relato publicada en la revista digital Skeimbol, en número correspondiente a abril de 2015.

2 comentarios:

  1. Porque no empezó por el ultimo dardo. Hubiera ahogado tiempo y disgustos. O eso o no lo entendí

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    1. Así es el azar y contra él sólo podemos modular nuestra respuesta.
      Gracias por tu comentario. Has entendido bien mi propuesta.

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