Marina

Marina
Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

viernes, 5 de febrero de 2016

Favor por favor

Era una fría tarde de otoño cuando Juan se encontró a la joven, delgada y con aspecto enfermizo, desvanecida en el suelo. Apiadándose de ella, la subió en brazos a su casa y la acostó en su cama. A la mañana siguiente le preparó el desayuno -leche y galletas-, pero encontró la cama vacía y, sobre las sábanas, un papel en el que se podía leer “Gracias”.

Pasaron años y volvió a encontrar a la joven, inconsciente y empapada por la lluvia reciente. Juan, que ya no tenía fuerzas para llevarla a casa, la tumbó en un banco y la cubrió con su abrigo. Se repitió la historia, el banco estaba vacío y al ponerse el abrigo encontró un papel con el mismo mensaje: “Gracias”.


Por tercera vez, la encontró junto al portal. Habían pasado años y él no podía levantarla, así que se sentó en el suelo junto a ella, la arropó con su chaqueta y abrazados pasaron juntos la noche. A la mañana siguiente cuando ella despertó, estaba sola y, sobre su falda, encontró un papel que decía: “Gracias”.

La mendiga, de Iman Maleki


5 comentarios:

  1. A la siguiente se lo agradecerán mutuamente.

    ResponderEliminar
  2. A veces nuestras acciones son mucho más importantes de lo que creemos.

    ResponderEliminar
  3. Para mi que a ambos les hubiera gustado recibir las gracias a la cara, asi que me apunto al final que Julio propuso.

    ResponderEliminar