Marina

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Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

viernes, 4 de diciembre de 2015

El príncipe y las alcahuetas

Bajó de su corcel en cuanto vio a la joven -entre muerta y dormida- en un claro del bosque, rodeada de siete hombrecillos que lloraban desconsolados. Les preguntó qué pasaba pero no le respondieron: Uno refunfuñaba y gritaba a su amigo, que se escondía tímidamente tras un árbol, el mayor miraba absorto una manzana, el cuarto discutía porque otro no dejaba de estornudar y el último, ajeno a todo, paseaba y cantaba feliz. Sólo el más pequeño se fijó en él y parecía querer atenderle, pero no sabía hablar.


Estaba desesperado y entonces vio a tres haditas con sus pequeñas varitas mágicas que llamaron su atención y se lo llevaron a un castillo cercano donde la bella Aurora dormía un profundo sueño.

La bella durmiente, de Victor Vasnetsov

4 comentarios:

  1. Siempre ha habido ricos y pobres

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  2. Hay quien sabe aprovechar las oportunidades y quien, con pocos escrúpulos, deja atrás a quien no le interesa.

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  3. Porque se duermen siempre las princesas? Y que poderoso es el beso de amor? Ybun pelín machista los cuentos no?

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    Respuestas
    1. Bueno, habrá que poner princesa/príncipe o pŕríncipe/princesa, enanito/ta y hadita/to.
      Gracias pot tu corrección/ona.
      Ezequiel/la.

      Son los tiempos.

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