—Tú estás en lo cierto, Sancho —dijo don Quijote—. Vete adonde quisieres y come lo que pudieres, que yo ya estoy satisfecho, y solo me falta dar al alma su refacción, como se la daré escuchando el cuento de este buen hombre.
Marina
Marina, de Ezequiel Barranco Moreno
jueves, 27 de agosto de 2015
Decisión fatal
En un momento de desesperación salió con un cuchillo en la
mano dispuesta a matar a cualquiera que se le pusiera por delante. Al
reflejarse en el espejo del ascensor no tuvo más remedio que suicidarse.
Ojalá todos los asesinos se matasen antes de llevar a la práctica sus ideas delirantes. Leni Lavado
ResponderEliminarQuizás su idea delirante era encontrarse consigo mismo.
ResponderEliminarLo mejor que hizo
ResponderEliminarUn desesperado valiente y cruel. Otros desesperados se dejan morir.
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