Cruzó la puerta con discreción. En el interior se respiraba
un ambiente de recogimiento y silencio, solo roto por las oraciones de algunos ancianos y el
incesante pasear de los turistas por el sagrado recinto.
- ¡Ay, qué larga es
esta vida!
Soñaba despierta con que acabara su mísera existencia.
- ¡Ay, qué larga es
esta vida!
Sabía que un horizonte luminoso se abriría a sus ojos.
- ¡Ay, qué larga es
esta vida!
Repasaba punto por punto las promesas que escuchó a sus
mayores.
- ¡Ay, qué larga es
esta vida!
Y había llegado el momento de cumplir su misión.
- ¡Y tan alta vida
espero…!
Fue su último pensamiento antes de apretar el botón del
cinturón.
![]() |
Apoteosis de la guerra, de Vasily Vereshchagin
|
De verdad ¿crees que las mujeres que se auto inmolan por sus creencias religiosas tras haberles lavado el cerebro piensan en algo sobre su existencia cuando cometen el atentado? Lo hacen y ya está, no piensan en su mísera vida ni en los que dejan (hijos, madres...). A los ancianos que lavan el cerebro a las jóvenes los describes acertadamente. Y creo que la inmolación no es lo peor, recuerda cuando las utilizan de esclavas sexuales. Leni Lavado
ResponderEliminarYo creo que todo el que comete ese tipo de actos piensa. Influido o no, engañado o no, pero piensa y sabe el daño que hace. Y los ideólogos igual, pero cobardes y verdaderos salvajes, sean religiosos, políticos, mafiosos o lo que sean.
EliminarCómo se pueden autoengañar de semejante manera?... o no? la primavera árabe se convirtió en el ocaso cristiano, budista, islamista, hitita, sufista y cualquier confesión ajenas a estosiluminados. Dios nos coja confesados
ResponderEliminarCualquier extremismo venga de donde vega y se dé en la época que sea es dañino. La Historia nos demuestra que siempre han existido profetas ricos en palabras y pobres en razón..
ResponderEliminarGracias por tus comentarios