Samurai, de de Utagawa Toyokuni |
El sorprendido turista. Se despertó en el centro de un gran salón, con un taparrabos de piel de leopardo, un hacha en la mano que manejaba con evidente torpeza y rodeado por una serie de curiosos personajes a los que no conocía. Frente a él, unas mellizas idénticas, salvo que una era rubia y otra morena, vestidas de amazonas, con un pecho descubierto y un arco con cinco flechas en su carcaj, a su izquierda un joven imberbe que no paraba de girar una honda, y a la derecha un caballero medieval montado a caballo con una ballesta en la mano. Cerraba el círculo a su espalda un japonés blandiendo un nunchaco y una katana.
FINAL 1:
El turista entonces levantó el hacha. Las mellizas, sin pensarlo y al
unísono, dispararon sus flechas, con la mala suerte de que erraron e hirieron
sin querer error al joven imberbe, que acababa de liberar su honda, impactando
la piedra en la frente del caballero, el cual cayó al suelo, se golpeó en la
nuca y falleció. El caballo, asustado por el ruido, coceó al japonés justo en
el momento en que rebanaba con su katana el cuello del turista, que terminó así
su viaje.
FINAL 2:
El turista entonces levantó el
hacha. El joven imberbe liberó su honda, impactando la piedra en la frente del
caballero medieval, el cual cayó al suelo, se golpeó en la nuca y falleció. El
caballo, asustado por el ruido, coceó al japonés justo en el momento en que
rebanaba con su katana el cuello de las mellizas,
que antes de caer, dispararon sus flechas e hirieron de gravedad al turista,
que terminó así su viaje.
FINAL 3:
El turista entonces levantó el
hacha. El caballero medieval no pudo controlar a su desbocada montura, cayó al
suelo y falleció a consecuencia del golpe. El caballo, asustado por el ruido,
coceó al japonés justo en el momento en que rebanaba con su katana el cuello de
las mellizas, que antes de caer, dispararon sus flechas e hirieron por error al
joven imberbe, que acababa de liberar su honda, impactando la piedra en la
frente del turista, que terminó así su viaje.
FINAL 4:
El turista entonces levantó el
hacha. El japonés, sorprendido, intentó contraatacar rebanando el cuello de las
mellizas que habían disparado sus flechas, hiriendo por error al joven imberbe,
el cual acababa de liberar su honda, impactando la piedra en la frente del
caballero medieval, que cayó al suelo, se golpeó en la nuca y falleció. El
caballo, asustado por el ruido, coceó al turista, que terminó así su viaje.
FINAL 5:
El turista entonces levantó el
hacha. Las mellizas, el joven imberbe, el caballero medieval y el japonés,
comenzaron a bailar al ritmo de la música con la que comenzaba la fiesta de
disfraces de bienvenida al turista un millón.
FINAL 6:
El turista entonces levantó el hacha y...
¡Que movida!
ResponderEliminar¿Dónde está la agencia de viajes? Es para no ir.
Se llama IMAGINACIÓN, tiene sucursales por todo el mundo y siempre está abierta.
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