La gloria del pueblo. de Antonio Fillol
Don Nicomedes Ortiz Lasarte, cronista, boticario, tendero,
camarero, cura, padre —o tío— de su hijo —o sobrino—, Nicomedes —Nico—, era alcalde, de un
pequeño pueblo aragonés. No había más habitantes, pero entre los tres, porque
en realidad eran tres, se entendían bien. El tercero en discordia era Nicolás,
el fiel gato, que tenía encargada la limpieza y depuración de ratones y
cucarachas. Don Nicomedes mandaba, Nico obedecía y Nicolás correteaba insectos
y roedores, y así eran felices. Un día Nicolás desapareció, Nico se fue en
busca de nuevos horizontes, y el cronista, boticario, tendero, cura, padre —o
tío— y alcalde, perdió a sus lectores, pacientes, clientes, comensales, fieles,
hijo —o sobrino—, y ciudadanos. La desolación fue tremenda y don Nicomedes
escribió su última crónica: Con fecha de
hoy, yo, Nicomedes Ortiz Lasarte, dimito de todos mis cargos, y cedo los
terrenos municipales a la Constructora Nuevo Pueblo Nico, propiedad de don
Nicomedes Ortiz Expósito.
—Tú estás en lo cierto, Sancho —dijo don Quijote—. Vete adonde quisieres y come lo que pudieres, que yo ya estoy satisfecho, y solo me falta dar al alma su refacción, como se la daré escuchando el cuento de este buen hombre.
Marina
![Marina](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSdVfjz_iGHbX7daeSkrGHhJ_INdNXL4q0I7iWYAbH7nlb5M0nv3Zr-j8UcnBmPy7BByscRjjuX59E9-2GrqXOEkY6Lu9KD58kqkiUUaoz2jt4-tK3zhDNxrSUMNuiF6LpR_xlq_ksUe1h/s1600/1432397805_escanear0001.jpg)
Marina, de Ezequiel Barranco Moreno
sábado, 14 de noviembre de 2020
La España vaciada - III. El gobierno
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Verdadero ejemplo de endogamia municipal.
ResponderEliminarAmparado por la desidia.
EliminarQue alguien se vaya siempre es un descalabro para todos
ResponderEliminarPero así es la vida y hasta para irse hay que mantener la decencia.
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