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Plaza de los Bandos. Salamanca |
Los
dos ejércitos estaba preparados. El grueso de los soldados defendían a los
reyes que, protegidos por la caballería, observaban los preparativos junto al
alto clero.
El
choque se preveía duro, ya que los contrincantes estaban bien preparados y sus
fuerzas igualadas. Nada más comenzar, la soldadesca invadió el campo contrario,
mientras que los nobles defendían a sus majestades, que se ocultaron tras la
caballería y de resguardaron en sus torreones.
Ambos
ejércitos siguieron avanzado, de forma que, en pocas horas, los dos reyes estaban
en evidente peligro. Tan claro lo veían que, maltrechos y acobardados,
abandonaron la batalla, y permitieron que también su rey sufriera el asedio.
En
el momento en que sonó la campana, justo en ese segundo, un alfil blanco avanzó
y, antes de poner la ficha en el tablero, la reina negra contraatacó y se oyó
al unísono el grito de ambos jugadores: Jaque
mate.
Con
los ejércitos diezmados, los nobles y el clero fuera del campo de batalla, las
reinas huyendo en todas direcciones, y los caballos desbocados sin control; los
jueces, incapaces de decidir, dieron la partida por nula y los reyes volvieron
tranquilos a sus respectivas cajas, hasta la próxima aventura.
¡Qué bueno!
ResponderEliminarGracias, Margarita, la Plaza de los Bandos, aperte de su belleza representa, como otras muchas, un recordatorio constante de enfrentamientos y sufrimientos inútiles.
EliminarEl ajedrez es un deporte cruel; se trata de conquistar el territorio de los enemigos y acabar con ellos
ResponderEliminara cualquier precio, incluyendo el sacrificio de su propia Reina en aras de acabar con el rey enemigo. Pero, curioso, no al revés.
Hay un ramalazo machista importante.
¡ Ni una más!
José Carlos.
El ajedreze es la guerra idónea, una lucha sin victimas reales ni violencia.
EliminarLa reina en este caso ha tomado el papel de las grandes reinas de la Historia, activa y luchadora.
El ajederz como lal vida es absurda ya que echan a pelear a los demás cuando ellos quedan en sus torres de marfil, lejanos de campo de batalla, solo en contadas ocasiones se sacrifican los reyes por sus súbditos sin nada a cambio
ResponderEliminarSiempre que las víctimas sean imaginarias y no provoque ira, es un deporte sano en el que la imaginación y el estudio son las armas más letales. No lo comparemos con los videojuegos o con las políticas trasnochadas de protagonistas reales de nuestra historia pasada, actual y, me temo, futura.
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