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| Fuente |
Veo a la fuente desde la ventana. El ruido del agua y el alegre trino de los
gorriones que acuden a beber me llena de tranquilidad, pero también me produce
desazón. Ella es feliz, desde el centro de la plaza ve pasar a la gente,
curiosea en las ventanas de todos los edificios que la rodean, y se divierte
cuando los niños salpican a sus amigos. Yo, en cambio, me aburro colgada del
techo, por mucho que ilumine solo puedo verla a ella.
No todo son ventajas, querida lámpara. La soledad de la noche cuando no hay viandantes, solo algunos borrachos que ensucian el agua con sus urgencias de borracho y sin recibir otra luz que la tuya.
ResponderEliminarSin embargo, bajo tu luz se reúnen familias, cenas y risas.
Hasta que se hace tarde y te quedas, como la fuente, a solas, a oscuras y en silencio.
José Carlos.
Cada uno siente y vive a su manera y valora lo de los demás desde su punto de vista. No sabemos lo que la fuente siente ni lo que piensa sobre la vida pausada y monótona de la lámpara.
EliminarElla da luz que eso es fundamental hoy día, no la envidies, ella tiene el vandalismo, la sequía, los culos en suxs muros, la desidia y la suciedad, el frio y la lluvia, la interperie
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