El
desierto, de Gustave Guillaumet
|
Se
acerca la Navidad y tenemos que prepararnos para las fiestas, sacar las
camisetas y las bermudas, subir el belén del trastero, llenar los toldos de
espumillón y bombillas multicolores y, a esa altura del año, ponernos a dieta
estricta para lucir palmito en la playa y poder recuperarnos después a base de
gazpacho, helados y cervezas.
Los
niños ya esperan con ilusión a los Reyes Magos de Australia y a Papa Noel, que
llegará en Canoa al Puerto de Indias desde la lejana Patagonia, con su bañador
rojo y blanco.
Nosotros,
mientras tanto, miramos con nostalgia los corchos nevados de nuestra infancia,
a la espera de que la primera expedición que vuelve del desolado norte nuclear,
nos traiga noticias halagüeñas.
Pesimista visión futura (o no tanto si Donald Trump y Kim Yong-un se ponen de acuerdo en que se haga real)
ResponderEliminarNo sé si es pesimista, realista o un simple cambio de era.
Eliminar