Marina

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Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

viernes, 6 de mayo de 2016

Falsas apariencias

Al ver que el espantapájaros caminaba hacia él, huyó de  aquel solitario lugar, ante la mirada inexpresiva de ese hombre que, sucio y desarrapado, recién llegado a la tierra prometida, sólo pedía un poco de pan.

El espantapájaros, de Maruja Mallo

4 comentarios:

  1. Suerte tuvo el desarraigado individuo de que no fuera un antidisturbios perfectamente equipado para expulsar inmigrantes.

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  2. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Lástima que los que se sacian son otros... Cagoen

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