-¡No vuelva a decirle zote al niño!
-Tranquilícese y escuche, ha suspendido todo, se distrae y
no atiende.
-Eso no le justifica.
-Le he dicho lo que es: un torpe, un ignorante.
-¡Ah, perdone! creía que lo había insultado.
Francisco Lezcano, el niño de Vallecas, de Diego
Velázquez
|
Desgraciadamente esa es una conversación frecuente entre maestros y padres. Éste, al menos, pidió disculpas
ResponderEliminarLo triste es que la ignorancia hace que ignorante no sea ofensivo y la incultura hace que culto no sea un piropo.
EliminarEste es el nivelito de los padres ahora?
ResponderEliminarDe algunos sí y coinciden con sus expectativas, pero de la mayoría no (creo)
Eliminar