Marina

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Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

viernes, 8 de enero de 2016

Fantasmas

Caminaban desarrapados y sin rumbo fijo. Sucios y malolientes, murmuraban sonidos ininteligibles y miraban hacia todos lados, escudriñando las callejuelas en busca de algo que parecía que habían perdido años  atrás.

De pronto, frente a ellos, pudieron ver a una joven y hermosa mujer vestida de blanco, que no sólo no se inmutaba por su presencia sino que los esperaba con una hermosa sonrisa que transmitía sosiego.

Se pararon esperando que alguno tomara la iniciativa. Uno de ellos se adelantó hacia la mujer, y al tiempo que le preguntaba quién era, adelantó su mano como para cerciorarse de su existencia. Ella no se movió.


Cuando le tocó el hombro, notó un frío que le heló el cuerpo y corrió despavorido  gritando “¡Es un fantasma, es un fantasma!”.

¿Estamos vivos o muertos? de Daniel Ritcher

9 comentarios:

  1. Es probable que muchos vivos parezcan más fantasmas que los muertos... todo es cuestión de actitud, de las circunstancias e incluso de los ojos de los otros. Leni Lavado

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  2. Tenemos que aprender a mirar hacia fuera y hacia dentro y así juzgar con más claridad o, mejor, tenemos que aprender a no juzgar.

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  3. Pero juzgamos. A veces de forma inadecuada, cierto, pero otras son las acciones las que nos hacen juzgar

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    1. Es muy difícil juzgar sin estar influidos por nuestros prejuicios, creencias y convicciones que, sin duda, serán juzgadas por otros.

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  4. Uff cuento dificil, aunque tras la noticias de hoy en el que se mueren de hambre en Madaya, es demasiado descriptivo. Ojala el ser humano fuera de otra manera. Destinados a la autodestrucción

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  5. El problema es cuando a la vista de alguinos todos somos fantasmas o enemigos o, peor, invisibles.

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  6. No juzgar y no tener prejuicios es imposible, yo creo que es la unica forma de poder adaptarnos a los que nos rodea. Juzgamos segun los conocimientos que tenemos y en funcion de nuestro juicio actuamos. Lo que nunca se debe olvidar bajo mi mas humilde opinion en este caso, es que siempre tengamos en cuenta que nuestros juicios y prejuicios no son mas que los nuestros, que estan en funcion del conocimiento y que por tanto, cada uno de nosotros los tendra diferentes.
    Puede que la mejor manera de enjuiciar y no equivocarse sea saber que siempre podemos estar equivocados.

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    1. Para juzgar hay que partir ee la humildad, como bien dices, y empatizar. Un prejuicio, un juicio de valor poco constatado o un juicio desde la supuesta superioridad moral, no tienen sentido porque no se preceden de un esfuerzo para comprender al juzgado y a nosotros (¿qué buscamos, queremos, sabemos?) y empatizar. Es tan complejo que da miedo.
      Gracias por tu comentario

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